Seis años luego de su milagroso redescubrimiento, la rana arlequín de nariz larga permanecen en el limbo, pues su único hogar se ve amenazado por la minería
By Milo Putnam on March 22, 2022
Diez. Son menos que el número de Kardashians en la televisión. Probablemente sean menos que las veces que has llamado a tu madre este mes. Y diez es definitivamente menos que el número de emojis que usarás hoy (¿debería serlo?). Diez es una cifra baja.
Diez es particularmente lúgubre cuando se trata de la cifra de individuos de una especie que quedan en la naturaleza.
Solo quedan diez ranas arlequín de nariz larga en estado silvestre en el Valle de Intag en Ecuador. Pero para una especie que alguna vez se consideró extinta, esta desoladora cifra es en realidad una señal de recuperación. Las ranas arlequín de nariz larga fueron eliminadas en gran medida a finales de los años 80 por el cambio climático y por una enfermedad mortal causada por el hongo quítrido. Pero un giro del destino trajo a estas impactantes ranas moteadas de amarillo de vuelta “de entre los muertos”.
En marzo del 2016, esta tragedia se convirtió inesperadamente en optimismo cuando cuatro de estas ranas fueron encontradas en el Valle de Intag luego de haber desaparecido por casi tres décadas. Estos seres vivientes de esperanza representaron algo que parecía imposible. Luego de este descubrimiento, el Centro Jambatu de Investigación y Conservación de Ecuador lidero un esfuerzo de rescate para llevar a estas cuatro preciosas ranas a su programa de conservación con la esperanza de que se reprodujeran en cautiverio para reintroducirlas algún día en la naturaleza.
“El Centro Jambatu es su sala de emergencia”, dijo Andrea Terán-Valdez, la gerente de colecciones del Centro Jambatu. “Las especies de anfibios pueden rondar por aquí, lejos de las amenazas silvestres, por el tiempo que sea necesario, pero también necesitamos trabajar en la naturaleza. No pueden estar en una sala de emergencia para siempre. Debemos proteger esos ecosistemas y preservar sus hábitats para poder reintroducir esta especie a la naturaleza. De lo contrario, nuestro trabajo aquí es inútil”.
Como miembro de la Iniciativa de Supervivencia Atelopus y aliado de Re:wild, el Centro Jambatu también comparte sus descubrimientos y sus buenas prácticas con miembros de la iniciativa que trabajan para conservar otras especies de ranas arlequín. Cerca de un 40 % de las especies de ranas arlequín han desaparecido de sus hábitats conocidos y no se han vuelto a ver desde inicios de los 2000. Un patógeno letal, combinado con la destrucción y el deterioro de los hábitats, la contaminación del agua, la introducción de especies invasivas y los efectos del cambio climático han dejado al 83 % de las 99 ranas arlequín de nariz larga conocidas bajo amenaza de extinción según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN.
Puede que las ranas arlequín de nariz larga hayan vuelto de la extinción, pero están suspendidas en un estado de emergencia. Seis años después de su milagroso redescubrimiento, siguen bajo la amenaza debido a industrias extractoras que causan destrucción de su único hogar silvestre, el Valle de Intag. Durante los últimos 30 años, esta región ha sido víctima de numerosas minas de cobre, lo que ha puesto en peligro en repetidas ocasiones a las ranas arlequín de nariz larga y a las muchas otras especies silvestres con las que comparten su hogar. ¿Cuánto tiempo más podrán estos pequeños anfibios evadir otra posible masacre?
“Si ocurre una catástrofe minera en el Valle de Intag, puede que no podamos rescatar a las pocas ranas individuales que quedan en el área”, afirma Terán-Valdez.
Arca Ecuatoriana de anfibios
Ecuador está en el tercer lugar mundial de la diversidad de anfibios, y más del 44% de estas especies no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. El Centro Jambatu, fundado en el 2011, trabaja sin descanso para asegurar que estos anfibios no se extingan. Actualmente, el centro cuida a más de 1100 individuos que representan a 30 especies diferentes de anfibios. El Centro Jambatu es el único lugar del mundo que intenta criar a las ranas arlequín de nariz larga. De hecho, es el único lugar no silvestre donde existen estas ranas.
Los biólogos del Centro Jambatu trabajaron diligentemente para perfeccionar las condiciones correctas en el centro de cría para cuidar y cruzar a las ranas arlequín de nariz larga. Su población original de cuatro adultos ha crecido con la adición de renacuajos encontrados en el Valle de Intag. Pero aún más importante fue el hecho de que, después de muchos intentos, lograran cruzar con éxito a esta especie en el centro, una primicia mundial. Jambatu ha cruzado con éxito a las ranas arlequín de nariz larga en dos ocasiones distintas: una vez en el 2018 y otra en el 2020, un motivo de celebración para una especie que una vez se creyó extinta.
Con estos logros reproductivos y la colección adicional de renacuajos, la población fundadora de cuatro se ha convertido hoy en día en una población de 29 ranas arlequín de nariz larga adultas gracias a la investigación y al cuidado del Centro Jambatu.
Reintroduciendo una especie perdida
En realidad, reintroducir a la rana arlequín de nariz larga a la naturaleza significa que debe haber una naturaleza a la que regresar. El Valle de Intag, una fuente de biodiversidad en Los Andes, es el único hábitat de esta especie, pero las amenazas a este ecosistema parecen insuperables si se tiene en cuenta que la concesión de la mina de cobre Llurimagua atraviesa el corazón del Valle de Intag. En un caso judicial reciente, un juez del cantón Cotacachi de Ecuador falló a favor de permitir la minería de cobre en el Valle de Intag a pesar del argumento del demandante de que la concesión violaba los derechos constitucionales a la consulta de las comunidades locales y los derechos de la naturaleza.
“El sustento y el bienestar de las comunidades en Intag dependen de la conservación del bosque y de que se mantengan saludables las cuencas hidrográficas”, comentó Lina Valencia, coordinadora de los países andinos para Re:wild. “Esta concesión minera tendrá efectos perjudiciales sobre los bosques, los ríos y las especias que allí habitan. Las especies no suelen tener segundas oportunidades, especialmente las ranas arlequín de nariz larga. Una concesión minera sería desastrosa para especies frágiles como las ranas arlequín de nariz larga”.
En su asombroso regreso de la extinción, las ranas arlequín de nariz larga se han vuelto el símbolo de un grito de guerra contra la actividad extractora en estos sagrados bosques nubosos de Ecuador.
“Si no luchamos, ya habremos perdido. Debemos intentarlo. Debemos seguir intentándolo. Estamos poniendo de nuestra parte, la comunidad está poniendo de su parte, y necesitamos que las cortes respeten los derechos de la naturaleza”, dijo Terán-Valdez. “De lo contrario, todos perderemos”.
Milo Putnam
Milo is Re:wild's communications specialist working with our partners to share their stories in protecting and restoring the wild. With over a decade of natural resource interpretation and environmental education experience he lives to spark connections between people and wildlife. Milo loves to travel with his husband and is passionate about supporting ethical wildlife tourism.